domingo, 13 de abril de 2008

Sin despedirse (Relato1)

La miraba, sorprendido de que hubiera sido capaz de decirlo. Y no era porque no llevasen ya algún tiempo discutiendo por cualquier cosa. Vaya con la niña y eso que siempre pareció una mosquita muerta. Lo que lo habia descolocado totalmente era el contenido: definitivo. Y las formas: no habia gritado, no habia llorado, simplemente lo habia dicho, sin más.

¿Pero que estás diciendo? ¿Que te vás? ¿Pero por qué? ¡Vamos, no era para tanto! No lo decía en serio;" venga ahora estás enfadada pero ya verás como se te pasará y lo hablaremos con calma".
Y la mira y se asusta, no sabe si en realidad ella le escucha. Sus ojos le miran con la expresión serena y resuelta de quien ha tomado una decisión y no va a volverse atrás. Está tranquila, demasiado para lo que acaba de decir, mientras él choca una y otra vez con ese muro que ahora son sus ojos.
Ya no le mira con ternura, ni con admiración y mucho menos con adoración.Ahora está a millones de años luz y sin embargo él sigue sin darse cuenta de que sus palabras solo han puesto sonido a lo que habia sucedido mucho tiempo atrás. Ella se habia ido.

Debió darse cuenta cuando dejó de reirle las gracias como si fuera una idiota sin criterio; cuando empezó a plantarle cara harta de que aplastasen sus opiniones; cuando dejó de creer que él era único y empezó a fijarse en lo que decían los demás; cuando dejó de importarle en lo más mínimo lo que él deseara; cuando dejó de ser una amante solícita para convertirse en un témpano de hielo".
Pero no fué capaz de ver las señales. Ni su orgullo, ni sus convicciones ni su inmenso amor hacia sí mismo le dejaron ver que la había perdido. Irremediablemente. Para siempre.

Incluso ahora que ella lo habia dicho en voz alta seguia sin creerlo:

"Me voy porque no te aguanto más. Porque ni un solo dia de nuestra vida juntos te has preocupado de lo que queria o de como me sentía. Porque nada de lo que haya podido hacer o decir ha sido de tu agrado. Porque no he podido tener sueños, aspiraciones ni metas que tu no pudieras controlar. Porque haga lo que haga nunca daré la talla. Porque hace mucho que ya no te quiero. Y, lo que es peor, porque ni siquiera te odio. Porque en mi mente, en mi corazón y en mi alma te deje hace tiempo. Porque para mi estás muerto."

Y él la mira una vez más: ¿que ya se ha ido? ¿sin despedirse? ¿pero ésta que se ha creido? Y cuando encuentra la respuesta a sus preguntas solo acierta a proferir la única y universal afirmación que solo los castrados emocionales dirían: "Me las pagarás"

Pero ella ya no le escucha. Ahora su cuerpo junto a todos sus sentidos ya no están alli.De hecho se fué hace mucho. Sin despedirse.

No hay comentarios: