jueves, 13 de octubre de 2011

La noria


Pues otra vez haciendo planes...

Esto es pasar de la dejadez más absoluta a un no parar.

Ya sabéis, igual estás abajo que te encuentras con un subidón estratosférico.

Y sólo es el principio....

miércoles, 5 de octubre de 2011

Lo tengo claro

Leído hoy:

No sabría yo decir si la duquesa se ha comprado un novio, como dicen las malas lenguas. En lo que si coincido es que el noviazgo le ha sentado como dios.
De ir por ahí como una ancianita encorvada o en silla de ruedas, ha pasado a ir tan plimplante con sus biquinis y sus vestidos jipiosos, con ese señor del brazo demostrando que no hay nada como un nuevo amor para quitarse años de encima. Nada de liftings, ni de quirófanos, ni de cremas, no hay nada que se compare con un nuevo novio para que resplandezcas como un árbol de navidad y, si es joven, bien  plantao, discreto y presentable, habría que estar loca para no quedárselo. Y aunque a veces Cayetana nos lo parezca....de loca tiene bien poquito.

La gente dice de todo: que si ella es muy mayor, que si él va a por su  dinero; que si los hijos no lo aceptan...
Sí, sí. Ya quisieran muchas casarse a los 85 ( o a cualquier otra edad)...la ilusión de los preparativos, el vestido, los invitados... Y la despedida de soltera con barriles de cerveza, según cuentan. ¡Vaya subidón!
Un regalo que te da la vida cuando, supongo, ya no esperas nada de ella.¿Qué más da si él lo hace por amor, por estatus, o por ir de viaje a las Seychelles?

Dije una vez que quería ser Elena de Troya, pero he cambiado de opinión. Yo de mayor quiero ser la duquesa de Alba. No digo que me gustaría casarme a los 85, porque significaría que ando soltera, divorciada o viuda, pero envidio esa capacidad de exprimir la vida hasta el último momento.
No todos podemos ser Cayetana de Alba, ni tener su dinero y sus posibilidades de ponerse el mundo por montera si le apetece, pero todos podemos aprovechar las cartas que nos hayan tocado en suerte y luchar por ser felices.

Y si a los 55 me hacen unas fotos desnuda, sin michelines ni celulitis, ya sería la pera.

Señora duquesa....felicidad y larga vida. Vale,  a estas alturas ya no será mucha, pero...¡que le quiten lo bailao!

lunes, 3 de octubre de 2011

...Vuelve la calma

No hay nada como una buena tormenta, llena de truenos y relámpagos. De repente el escenario cambia radicalmente y las luces en el cielo y el agua, que cae incesantemente, limpian el ambiente, saturado de lo mismo un día tras otro.
Tras ella, los días son más despejados, el aire es más fresco y la vida parece entonarse, dirigida por una mano misteriosa hacia nuevos rumbos.


No hay nada como una buena tormenta interior, de esas que te hacen recapacitar y preguntarte si estás preparada, si realmente quieres, hasta donde estás dispuesta a llegar…



Aunque la respuesta era bastante obvia: hasta el final.