martes, 24 de febrero de 2009

La vecina del 6º A (Relato 9)

El ruido se abrió paso en su mente consiguiendo despertarla a pesar de lo temprano de la hora.
Lo primero que pensó, inocentemente, fué que no era posible que alguien quisiera hacer bricolaje a esas horas de un domingo. Pero cuando su cerebro pudo fijar al fin el sonido, se dió cuenta que lo que oía era el chirriar cadencioso de un somier,o de una cama entera, que alguien hacia sonar mientras se dedicaba a comenzar un dia de fiesta de la mejor manera.
Sus labios esbozaron una tibia sonrisa.¿Aún quedan camas de ésas? Debe ser que sí, porque alguien se lo está pasando bomba, pensó.
También pensó que los tabiques tendrían que haber sido insonorizados adecuadamente porque, aunque no le molestaba tener que escuchar aquel ruido, tampoco estaba bien quedarse pegada a lo que hacían los vecinos. Era como invadir su intimidad, como colarse en una fiesta a la que no habia sido invitada.

Mientras tanto aquel sonido habia ganado intensidad y su cadencia se habia incrementado hasta alcanzar el ritmo exacto en el que comprendes que lo inevitable está apunto de suceder. Bueno, se dijo, por lo menos no van a estar mucho tiempo.
Poco después todo cesó repentinamente dejando paso al silencio que, se figuró, era lo normal cuando el cuerpo y el espíritu ya lo han dicho todo. Sobran las palabras.Y todo lo demás.

Sin embargo, sin pretenderlo, se dió cuenta de que seguia escuchando cosas. Ahora oía perfectamente el sonido de voces y los movimientos de cuerpos que se levantaban de la cama, los grifos abrirse y el agua correr, puertas que se abrían y se cerraban.
Abrió los ojos de golpe y se sentó mientras la luz se abría pasoen su consciencia. Ahora sabía que era lo que faltaba, lo que había echado de menos durante el concierto de somier al que habia asistido involuntariamente. ¿Donde estaban esas voces antes? ¿porque no había oído jadeos ni exclamaciones? ¿ni siquiera susurros? .
Fué entonces cuando captó una escena diferente. Imaginó a la mujer entregada a la "práctica de los domingos", medio inerte medio indiferente, cumpliendo porque toca, o porque así tendrá una temporadita de tranquilidad o lo que es peor, porque así se queda tranquilo" que sino me da el día".
Otra más, victima de la rutina y la falta de chispa, de la ausencia de pasión, entregando su cuerpo mientras piensa que hay que repintar el techo y se somete a una invasión tan silenciosa como estéril.

¡Joder! ¡Ningún domingo debería empezar así!
Y entonces aquel chirriar apasionado se convirtió en un estruendo aterrador.

viernes, 20 de febrero de 2009

Elena de Troya

Cuando más lo pienso más tírria le cojo a ésta tia.

¡Si es que no puede ser! ¿ Quien puede superar este precedente? ¿ Ni siquiera igualarlo?

Las mujeres normales, tan solo aspiramos a que nuestros hombres nos quieran, nos cuiden, nos protejan, nos entiendan, nos apoyen.....En definitiva, lo normal tirando a alto pero dentro de sus posibilidades.

¡Pero nooooo! ¡ Esta tia consiguió que un hombre desafiara a un reino! Es más, ¡que todos los hombres del pueblo de su enamorado, por extensión y sin excepción desafiaran a un reino!
Pero ¿ que narices tenía ella que no tengamos todas nosotras? Y casi me refiero literalmente a su físico , porque debía tener unas narices y todo lo demás de una belleza indescriptible sino no se entiende. Y además sería inteligente ( para remate) porque ¿ quien va a matarse por una idiota?. Es posible que un solo mozo enamorado pueda hacer tal tonteria, pero el resto de su pueblo lo enviaría a cascarla a Parla de ipso-facto.
Y ¡ala! todos a liarse a tortas ¡por una mujer!, porque la historia se empeña en hablarnos del famoso caballo, pero si no hubiera sido por ella ni caballo ni nada. ¿Acaso alguien se acuerda del nombre de su amado? ( rapidito y sin pensar en el actor de la pelicula), pues nadie. Pero de ella se acuerda todo el mundo.

Y nosotras, aquí, bajando el listón una y otra vez para acomodarlo a las posibilidades de nuestros chicos ¡ menudo plan!.

Pues ya empiezo a hartarme. Quiero mi Paris, mi caballo, mi guerra, muros ardiendo, ciudades sitiadas y todo lo demás. Quiero que alguien se parta la cara, se abra el pecho, se bata en duelo y se apreste a morir por mí.

¡Quiero ser Elena de Troya!
¡Sí, con ésta cara! ¿Pasa algo?

jueves, 19 de febrero de 2009

Sorteando la crisis


Y no me refiero a la económica en sí misma, que para eso ya tenemos las televisiones llenas de sesudos analístas que la desmenuzan dia trás dia. Me refiero a su consecuente crisis emocional.
Porque hay que reconocer que para mantener el tipo, aguantar la presión, seguir sonriendo y no dejarte abatir por lo que te rodea, hay que echarle bemoles perpetuamente a la cosa.

Anda el personal totalmente atribulado hasta el punto de haber perdido su venilla alegre y chispeante, dejando paso a la preocupación y la tristeza en el ambiente. Y se da, aunque el afectado no tenga, gracias a Dios, problemas inminentes. Da igual, si no los tiene los tendrá ( o al menos es la máxima que rige actualmente).

Y mientras tanto se nos olvida nuestro natural optimismo, nuestra alegria natural, nuestro afán de superación, nuestra inquietud permanente, en fin, todo aquello que nos convierte en una sociedad dinámica y que ha conseguido tiempos de esplendor.
¿Porqué? ¿Es que, acaso, no podemos volver a hacerlo?

Y lo que es peor, nos olvidamos de la gente a la que le importamos, y que solo le transmitimos mensajes de descorazonamiento. ¿ Y el cariño? ¿La pasión? ¿La camaraderia? ¿La ternura?.

Vale, ya se que vais a decir que de todo eso no se come. Pero os olvidais de algo: de todo eso se vive. O por lo menos vives mejor. ¿O vais a renunciar a una mano amiga? ¿ a un buen consejo? ¿ a que os abrace vuestra pareja? ¿ a las sonrisas de vuestros hijos?.

Que el temporal no os haga perder de vista lo verdaderamente importante.
Con crisis o sin ella.

martes, 17 de febrero de 2009

La línea está ocupada, inténtelo más tarde.


Si te digo que no puedo...¿ porqué sigues empujándome?

Si te digo que no debes...¿ porqué sigues intentándolo?

Si te digo que no quiero...¿ porqué no dejas de pedir?

Si te digo que no sé... ¿ porqué no me enseñas?

Si te digo que no llego...¿ porqué no lo haces tú?

Si te digo que no pienso...¿ porqué sigues preguntando?

Si te digo que no sueño...¿ porque no propones algo?

Si te digo que no vivo...¿ porqué no me das oxígeno?

¿Y si te digo que estoy harta?...

Seguirás diciendo que no entiendes por qué.

Y es que... seguimos comunicando.