domingo, 17 de abril de 2011

La entrada de la Entrada

Si pudiéramos recorrer la geografía española de parte a parte, en un plis-plás,  puede que sean estos días de la Semana Santa el claro ejemplo de la diversidad con la que somos capaces de representar lo mismo. Quizás porque es la única festividad que celebramos todos al tiempo ( quitando la Navidad, pero esa es igual en todas partes)

En Zamora no escucharemos más que silencio, roto a veces por motetes o canto gregoriano. Procesiones nocturnas que sobrecogen el espíritu, con sus encapuchados y sus antorchas. Y su frío, que también.

En Sevilla, al contrario, escucharemos el bullicio y las bandas de cornetas maravillosas, aroma de incienso mezclado con azahar y una muestra de exceso y poderío, sólo rota por el sobrecogedor silencio que se le muestra al Gran Poder.

En Valencia, la semana santa transcurre cerca del mar, al son de nuestras maravillosas bandas de música.
Murcia se convierte en la capital de la imaginería, con sus Salzillos por las calles.
En Málaga llevan a Jesús en la cruz a hombros de legionarios y tienen a Antonio Banderas de costalero.
Y existen los “picaos”, y “los empalaos”, y Serrat canta saetas... Tenemos de todo.

Pero he de confesar que desde que descubrí los tambores…
Vamos, que sí, que hoy tocan. Bueno, no, el domingo, pero ya tengo ganitas. Tened en cuenta que lo que para otros podría ser ruido, para mí está lleno de musicalidad. Soy una experta en mascletás, así que esto es pan comido.
Y lo bien que lo hacen, claro, que si no a ver quien aguanta 300 tambores a todo trapo. O mil, que lo de la rompida de la hora debe ser brutal.

Ya no sé la de años que hace que paso el Domingo de Ramos en Zaragoza. Tantos, que si falto me siento como si hubiera hecho trampa. La cofradía de la entrada de Jesús en Jerusalén sale puntualmente a las 12 del mediodía (si no llueve) y tras varias horas de procesión tocando sin parar, llega a la plaza del Justicia dispuesta a echar el resto, mientras su paso entra en San Cayetano.
Nunca sabré de donde sacan fuerzas... ¡igual es que tienen brazos de repuesto!



 Pd: Para mis niños, que esta vez están muy lejos.

6 comentarios:

cactus girl dijo...

Tuve la ocasión, hace años de asistir a una tamborrada o tamborada en Hellín (Albacete).

Se celebraba un certamen o concentración de todos los grupos de España que, por lo visto, cada año es en un sitio. Había gente de Calanda, de todos sitios.

Al principio fui sin mucho convencimiento, pero me encantó el ambiente y cómo la gente vive este tipo de celebraciones.

Mucho ruido sí, pero encantador.

Besetes

Rosa dijo...

España es un pais de contrastes... Me da pena cuando hay quien presume de estupendos viajes alrededor del mundo y no conoce los preciones rincones que existen en nuestro pais.

Un besin

el Sr. Skywalker dijo...

Me alegro que seas una experta en mascletaes, eso demuestra que tienes los oídos resistentes y nada te puede dar dolor de cabeza ya.
Que lo disfrutes en Zaragoza, aunque cualquier excusa es buena para ir por allí, siempre que no sople el Cierzo, claro.

El guardian del Faro dijo...

La verdad, chicos@s, es que me lo he pasado muy bien. Como siempre que voy. Unas caminatas larguíííísimas, mucho calor y mucho tambor.
Ahora, también me he puesto Ambar ¡jejeje!

No se como tenéis las vacaciones, pero yo me largo el miércoles...¡yupiiii!.

besos a todos

Maria dijo...

Zaragoza... una ciudad muy bonita y acogedora, la gente genial... ;)

Besos

El guardian del Faro dijo...

Ya lo creo, María...para mí es como mi segunda casa.

besos