miércoles, 2 de junio de 2010

El sendero (Relato 12)

Caminaba con cierta aprensión, escuchando el sonido de sus pisadas en la gravilla del camino.
Todo su cuerpo estaba en tensión, se acercaba a lo prohibído. Sabía que aquel no era su lugar, pero no podía dejar de acercarse, quería ir allí....

Todos sus sentidos se habían intensificado, escuchaba hasta el mínimo aleteo de una mariposa, el sol refulgía con más esplendor en sus pupilas y su nariz captaba todos los aromas de aquella plácida y calurosa tarde de primavera.

¿Cuántas veces lo he intentado?...se preguntaba...para volver siempre sobre sus pasos presa del miedo.
Pero hoy no....hoy llegará hasta el final. Porque ella puede, porque debe.....se lo debe. Está harta de imaginar que es lo que hay trás el recodo del camino, trás los muros de esa casa de la que sólo conoce el tejado....

A medida que se acerca sus pasos se tornan lentos, mientras su respiración se agita. Empieza a sudar....

Y cuando por fín completa el giro del camino, sus ojos se abren ante la sorpresa....¡que casa tán hermosa!

En la puerta, un precioso can mueve su cola dándole la bienvenida.

"Espero que no sea el infierno".....le dice ella, mientras cruza la puerta trás él.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

y lo era?

El guardian del Faro dijo...

Aún recorre las habitaciones.....pero de momento no se ha quemado.

:)
El guardián.