Ahora no recuerda qué fue lo que le hizo salir como alma que lleva el diablo,
sólo recuerda el momento en que chocó contra ella,
si no llega a ser por sus reflejos de pistolero la empotra en la farola...
Recuerda la sensación de desenredarse de su cuerpo y que olía a violetas,
que pensó por un momento que era muda, porque no salió ni un lamento de su boca
y que varios segundos después aún conservaba los ojos cerrados
como si necesitara de un esfuerzo sobrehumano para abrirlos....
Recuerda sus lágrimas cuando al fin lo hizo,
"estas no son por mi", pensó, "son lágrimas viejas",
como si el golpe hubiera sacudido sus cimientos haciéndolas brotar como un torrente...
Recuerda su sonrisa entre tanto silencio, luminosa, como si hubiera salido de un sueño,
que se empeñaba en regalarle mientras, abandonando sus brazos, seguía su camino
y la sensación de soledad repentina, palidamente amortiguada
por la seguridad de que la había visto renacer junto al alumbrado público...
"No creo que pueda hacer nada mejor hoy" pensó
y volviendo sobre sus pasos se pidió una copa.
6 comentarios:
Bonito
Tu más ;D
Y después de la copa ¿qué? ¿Otra más? Algo me dice que ya llevaba bastantes.
No se Sky, si yo me pegase un encontronazo así también brindaría.
;)
Muy bonito el relato y muy bonita la foto.
Besos
Gracias María, ya era hora...
A ver si arreglan lo del internet en pais adoptivo, porque esto de que estés y no estés me confunde.
Besos guapa.
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