sábado, 12 de marzo de 2011

Gaudeamos igitur

El hecho de tener hijos que han tenido la enorme suerte de sufrir todas las reformas educativas, hace que mi opinión sobre el nivel cultural de nuestras Universidades ande por los suelos.

No me refiero al académico, en el que nos desenvolvemos bastante bien y, además, creo que el trabajo tanto de profesores como de alumnos se desarrolla a veces en grandes cotas de brillantez.

Sin embargo, en todas las fases educativas me he dado cuenta de que prima más la formación puntual que la general, que mientras sepas hacer un puente u operar a corazón abierto, es más importante que el que seas un persona bien formada, con criterios sólidos y conocimientos adecuados sobre la vida y tu entorno.
Por no hablar de la politización sistemática del entorno académico.

Por supuesto, a esto no se llega en la Facultad, el camino empieza en la base, con una tasa de fracaso escolar que debería hacer vomitar a los ministros de turno, que siguen tan panchos en lugar de ponerse manos a la obra.
Por no hablar de los méritos en las autonomías, cuenta más dominar el habla vernácula que un Doctorado. Así nos va.

Y de todos esos polvos, tenemos ahora estos lodos .
Ninguna sociedad, que no se pasma de que sus estudiantes muestren este grado de incivismo, intolerancia y total falta de cultura, debiera estar durmiendo tranquila. Porque ellos son el futuro... y que nos pillen confesados si vamos a tener que ponerlo en manos de mequetrefes que para ir de progres se giñan en sí mismos.
Alguien tendría que haberles explicado cómo les llegó la suerte de poder acceder a los estudios, a la belleza del aprendizaje, al esfuerzo que supone adquirir conocimientos. En resumen, cómo se crearon  las Universidades.
En lugar de ello, el rectorado hizo como que no se había dado cuenta, hasta que no tuvo más remedio que enterarse.

Pero claro, ¿qué más da cagarnos en nuestra institución si así nos divertimos? Puede que ellos, en su ignorancia, no lo vean así. Pero para mí es igual que si se hubieran plantado en medio del paraninfo gritando obscenidades contra la Universidad.
¿Porqué nos tienen que tocar siempre los cenutrios?. Que me los cambien ipsofacticamente por estudiantes de Bolonia o la Sorbona, de Lieja o de Oxford.

Aunque, visto lo visto, igual vamos y los pervertimos. ¡Menudos somos!

Y es que “ quan natura non da, Salamantica non presta”. ¡¡Cuánta razón!!

Foto: Escudo de la Universidad de Salamanca

5 comentarios:

pseudosocióloga dijo...

Yo creo que estamos ante una crisis ......de valores tremenda.Y a ti te veo muy reivindicativa últimamente....las chicas son guerreras.
Un saludín.

El guardian del Faro dijo...

¡eyyyyy!...pensaba que estabas demasiado "ocupada" para escribir.

besos

Elvis dijo...

Estoy contigo y con pseudosocióloga, los jóvenes de hoy en día no tienen tan arraigados los principales valores, pero... eso es algo que no se enseña en la escuela, lo enseñan nuestros mayores.
Si yo hubiera tenido que aprender todos los valores que rigen mi vida en la escuela, ahora mismo sería... sabe Dios qué, y eso que fuí a un colegio de curas...(bueno, a lo mejor por eso no me enseñaron los verdaderos valores en la escuela...)
Besos.

Meg dijo...

La verdad es que es un tema preocupante, pero no sólo desde el punto de vista institucional. la eduación que reciben muchos en el seno familiar es muy "Sui generis"...Un abrazo!!

El guardian del Faro dijo...

A ver, esto sólo iba de conocimientos.Pero ya que lo comentas, Elvis, tengo una tía que cuando me cuenta batallitas, me dice que en el colegio tenían un libro de "urbanidad". Y no se la ve traumatizada ni nada. ;DD

Te cuento una cosa Meg...íba en el tren el otro día y escuchaba, sin querer, la conversación de dos mujeres que iban detrás de mí. Una decía " no veas la personalidad que tiene, o sale con el vestido que quiere o no hay quien la mueva"
La otra le hizo la pregunta que yo ya tenía en la mente, "¿cuantos años tiene?". ¡¡ 18 meses !!
¡Enhorabuena señora, a los quince la tirara de casa!
O me lo parece a mí.

besos a pares