viernes, 6 de agosto de 2010

De la negociación al acuerdo.

Puede parecer el título de uno de esos libros de ténicas para negociar como un campeón, de hecho creo que existe......en algún lugar de mi memoria , pero existe.
¿Sabéis cuánto puede tardar una negociación cuando una de las partes está pero no está?
Porque claro, si está se acaba rápido, yo cedo esto tú aquello y arreglado. Y si no está, pues también, ¿que no quieres?...pues nos veremos en el juzgado de turno, y a la mierda todo.

Pero..¿y si te dice si pero no continuamente?. No te da elementos de juicio necesarios para dejarlo todo y enviarlo a cascarla, pero tampoco te los da para avanzar y encontrar un arreglo.
Un vivir sin vivir en ti...lo que yo te diga.

Eso es lo que nos ha pasado durante los últimos 6 años, con un organismo de la Administración cuyo nombre no voy a pronunciar. Y hablo en plural porque no era la única afectada.
En todos estos años hemos visto pasar políticos varios y funcionarios de todo tipo, hasta el punto de que estoy en condiciones de afirmar que esa asignatura, la negociación, debería incluirse como obligatoria en cualquier oposición.
Vale que cuando negocias debes hacerte un poquito el tonto, que no es cuestión de mostrar todas tus cartas de buenas a primeras. ¿Pero obviar las normas?, eso no es hacerte el tonto, eso es ser manifiestamente lerdo y absolutamente gilipollas. (Por no llamarles hijos de cien mil padres, directamente)

Si el de enfrente ha tenido tiempo de buscarse un asesor, leerse todas las normas habidas y por haber y preparar el tema de una forma coherente, tú no puedes menospreciarlo obviando la legislación ni las buenas formas. ¿O no te enseñaron en casa que eso era de mal gusto?.
Los politiquillos de medio pelo deben creerse en posesión de todos los atributos divinos, como si para presentarse a las elecciones exigieran doctorado o algo...
Y así nos luce luego, no he visto tanto despropósito junto en toda mi vida.

Pero, como al final, dos no discuten si uno no quiere, con paciencia y una caña hemos acabado demostrándoles del mal que se iban a morir y, claro, así hasta ellos lo entienden.

Y aquí estoy, más feliz que una perdiz de perderlos de vista para siempre y cada cual con lo suyo. Vale, todos hemos cedido, pero como decía mi abuela.....siempre es mejor un mal arreglo que un buen pleito.

¡Voy a emborracharme!

No hay comentarios: