viernes, 21 de mayo de 2010

El amor no es azul

Por más que se empeñe Cristhian Castro.......

Alguien que conozco me dijo un día que los príncipes azules no existen, que lo más que podía hacer era coger a un hombre y pintarlo de azul, pero lo más seguro era que cuando acabara en vez de un príncipe tuviera un pitufo. Como ironía hacia la malsana costumbre que tiene la gente de elegir a alguien por cómo es y, luego, empeñarse en cambiarlo no estaba mal....¿no te gustaba como era? ¿entonces porqué quieres que cambie?. Y....cuando lo consigas ...¿le reconocerás?.

Sin embargo, bien mirado, todos de una forma u otra nos adaptamos, nos acoplamos o cedemos, que en el fondo es una forma de cambiar o de transformarte, con el fín de conseguir que nuestras relaciones funcionen.

Pero de ahí a que te den la vuelta como a un calcetín.......

¿Como se le puede pedir a alguien que renuncie a sí mismo? ¿a lo que es por dentro?......¿y como puede alguien aceptarlo sin más?, salvo que muestre claras tendencias hacia el suicidio emocional.

¡Con lo que me ha costado llegar hasta aquí!.....como para que venga ahora alguien a decirme cómo tengo que vivir mi vida, qué cosas tengo que cambiar o qué dejar. Vamos a ver...¿me estaba yo metiendo contigo acaso?, pues ale......aire.


Y eso no quiere decir que no esté dispuesta a hacer todo lo que esté en mi mano para que una relación funcione. Pero ¿renunciar?......¿porqué tengo yo que renunciar a leer, a bailar, al futbol, a mis amigos, a mi familia, al tabaco, al azahar, a internet, a que me seduzcan, a reir, a jugar....?
Más aún...¿a mis creencias, a mi forma de ver la vida, a mis recuerdos, a mis sueños, a la pasión que pongo en lo que me apasiona, al absoluto desprecio a lo que no me gusta....?

¿Por tí?......anda ya!.Seas quien seas....

Y es que, como dije una vez, si tengo que ir al fin del mundo por alguien, todo esto será lo que me acompañe.
Así que haced caso de mi abuela que era muy sabia y siempre afirmó que si quieres ser feliz tienes que buscar a alguien que se te parezca.


Pd: Para Raul, que tampoco lo entiende.

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