lunes, 24 de enero de 2011

Srta Gadner...no tiene ni la hora.

Me gustaría contaros cómo era....aunque no estaré a la altura, como siempre.

Porque ella era belleza y generosidad,  lucidez y paciencia, entusiasmo y compasión. Porque siempre podías volver a sus brazos, tiernos y acogedores.
Porque desprendía ese halo de saber estar sin proponérselo. Porque amaba y amaba y amaba....sin cesar.
Porque nos enseñó cómo vivir y morir con dignidad. Porque siempre supo perdonar.
Siempre tuvo ese toque de señorío que te hacía ver que estabas con una dama. En cualquier situación.
Nadie como ella podría ir al campo y seguir siendo una reina...en alpargatas. No tenía nada que envidiarle a aquella que andaba descalza en el cine. Tenía ese porte de...diva...y ni siquiera se daba cuenta.

Y compartía con su padre la creación de un sueño, construir un hermoso huerto de naranjos donde no había nada.
Ahora entiendo porqué amaba tanto esa tierra.

Como a todo lo que formó parte de su vida, sin límites, ni excusas,
ni  arrepentimiento, por muchos quebrantos que le causara


Hoy hace cuatro años de aquel diagnóstico fatal. El día de su cumpleaños, 24 de Enero, que hasta para las malas noticias lo hacía a su manera. Aquel fué un día desgarrador, y mira que habíamos pasado ya...
Fué el día del duelo total. Lloramos como si ya se hubiera ído porque sabíamos a lo que nos íbamos a enfrentar y nos preparamos como pudimos para su ausencia.
Cuatro meses....en los que nunca dejó de tener fé, nunca dejó de decirnos que nos quería y que nos quisieramos entre nosotros. Siempre recordaré el día en que, con la mayor sencillez, puso sus cosas en orden y pidió perdón a "sus enemigos" ( por llamarles algo, porque ella jamás tuvo enemigos) por el dolor que pudiera haberles causado.
Hay que ser grande para hacer algo así.
Y se apagó, sin una queja, sin un dolor, con toda su familia a su alrededor.

Gracias mamá. Lo intento....intento ser lo que tú me enseñaste, aunque sé que nunca te llegaré a la suela del zapato.

Foto: Cotes - 1955

13 comentarios:

Marieta dijo...

Es imposible llegarle a la suela del zapato a alguien que siempre ha estado tan alto.
Pero tranquila, con estas y algunas cosas más vas cogiendo altura.
;)

El guardian del Faro dijo...

Gracias Marieta. Y encima la gente dice que cada día me parezco más a ella. Guay!

;DD
besitos

Josep Capsir dijo...

Pues ya me perdonaras pero ensalzar a una madre con esa generosidad y ese orgullo te ensalza, por lo que creo que sí, estás a su altura; porque por lo que dices, te impregnaste de su legado.
Oye...
...que un fuerte abrazo.
Y un beso

Rosa dijo...

Muy bonito y estremecedor Guardian. Una madre es lo más grande que hay y hasta después de su ausencia, se le debe rendir tributo.

Un beso

pseudosocióloga dijo...

Hay personas que valen su peso en oro y si tu madre era una de ellas algo habrás heredado.....bsitos

Te susurraré... dijo...

Si con lo alto que tú estás, no le llegas a la suela del zapato, ella debía ser exactamente como tú la describes.
Seguro que no estás tan lejos de parecerte a ella como tú crees.
Besos

Anónimo dijo...

Precioso :)

Ali

El guardian del Faro dijo...

Gracias...ya os contestaré cuando se me pase la pelota esta que se me ha puesto en la garganta.

besos

Anónimo dijo...

Hay escritos que salen del alma... y se nota... y atraviesan fronteras... y nos llegan con toda su fuerza... y nos hacen recordar a esa persona, y esos momentos, que aunque malos, en realidad no podemos evitar y siempre nos acompañarán.

Bonito post, bonito homenaje.
Besos
Hgo.

juan andrés estrelles dijo...

Seguro que te pareces a ella. Probablemente más de lo que imaginas. Una descripción tan sincera y conmovedora. Solo puede venir de alguien que pone su alma al escribirla. Suerte la tuya de llegar a conocerla y disfrutarla.

El guardian del Faro dijo...

Un abrazo enorme Hugo.Sé que sabes porqué.

El guardian del Faro dijo...

Muy afortunada Juan Andrés, vaya que sí.

un beso

Meg dijo...

Realmente emotivo, no quiero ni pensar en cuando me toque pasar por eso....Un abrazo y todo mi cariño.