sábado, 18 de abril de 2009

A medias

Ultimamente no paro de darle vueltas a la misma duda: ¿una verdad a medias es una mentira? ¿solo es media mentira? ¿ o lo que se oculta es como si no existiera y entonces no es mentira ni verdad?

Todos mentimos alguna vez. Y cuando digo todos quiero decir TODOS. Porque aunque la sinceridad sea lo mejor, no puedes ir por ahí diciendo todo lo que piensas a toda hora y en cualquier parte. Y mucho menos a todo el mundo. ¿Como vas a decirle a esa amiga a quien tanto quieres que la ropa que se ha puesto le sienta como un tiro? ¿ o que el mejor sitio para tu jefe es el puchero de una tribu caníbal?. Para sortear estas situaciones nos hemos inventado las "mentiras piadosas", que sirven igual para un roto que para un descosido. Incluso si lo que pasa es que no somos capaces de soportar lo que es tan claro a nuestros propios ojos, pues nos mentimos piadosamente y arreglado.

Pero ¿y si para no tener que decir toda la verdad argumentas una teoría de culpabilidad de otro?. Me explico: descubres que hay algo que no quieres pero en vez de decirlo claramente sueltas sin el menor empacho que alguien de enfrente es el que hace imposible que la cosa funcione. Así no hieres a aquel al que le dices que no puedes continuar, pero en vez de decirle que en realidad es por él/ella, le echas la culpa a un tercero por contaminar la relación. Hábil ¿verdad?. De este modo siempre podrás contar con que el interfecto pensará que sí le quieres y podrás seguir consiguiendo lo que necesites de él si se dá el caso.

De todas las mentiras que podrían decirse ésta es una de las mas despreciables. Primero, porque
es injusto además de cruel cargarle la culpa a alguien que no tiene nada que ver y que, a lo mejor, incluso ha sido bueno contigo. Segundo, porque el tiempo testarudamente te pondrá frente a tus problemas y, no sólo ya no tendrás escudos, se decubrirá que tu excusa era falsa . Y tercero, una vez pillada in fraganti te quedarás más sola que la una. Sin el pobre al que engañaste vilmente contándole una milonga y sin el/la tercer@ a quien vilipendiaste sin rubor con el fin de conseguir tus deseos.

Y sobre todo porque para mentir hay que tener una memoria de elefante algo que no todo el mundo tiene por lo que al final acabas contradiciéndote o lo que es peor afirmando lo contrario de lo que dijíste anteriormente. ¡Te pillan fijo!

Así que si alguna vez os veis en la necesidad de no tener que decir toda la verdad, procurad acercaros a ella todo lo que podais y cuando ya no sea posible ¡¡callad!!.
Si alguna vez os echan en cara lo que quiera que fuera que dijisteis vuestra memoria vendrá a rescataros y recordareis exactamente lo que fué. Pero lo que inventeis no dejará ningún poso en vuestros recuerdos y las mentiras no volverán en vuestra ayuda, con lo que tendreis que inventar otras nuevas y, cómo no, sólo conseguireis el desastre.

Y sobre todo no le echeis la culpa a nadie. ¡¡¡Que ya no somos niños!!!

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