viernes, 20 de febrero de 2009

Elena de Troya

Cuando más lo pienso más tírria le cojo a ésta tia.

¡Si es que no puede ser! ¿ Quien puede superar este precedente? ¿ Ni siquiera igualarlo?

Las mujeres normales, tan solo aspiramos a que nuestros hombres nos quieran, nos cuiden, nos protejan, nos entiendan, nos apoyen.....En definitiva, lo normal tirando a alto pero dentro de sus posibilidades.

¡Pero nooooo! ¡ Esta tia consiguió que un hombre desafiara a un reino! Es más, ¡que todos los hombres del pueblo de su enamorado, por extensión y sin excepción desafiaran a un reino!
Pero ¿ que narices tenía ella que no tengamos todas nosotras? Y casi me refiero literalmente a su físico , porque debía tener unas narices y todo lo demás de una belleza indescriptible sino no se entiende. Y además sería inteligente ( para remate) porque ¿ quien va a matarse por una idiota?. Es posible que un solo mozo enamorado pueda hacer tal tonteria, pero el resto de su pueblo lo enviaría a cascarla a Parla de ipso-facto.
Y ¡ala! todos a liarse a tortas ¡por una mujer!, porque la historia se empeña en hablarnos del famoso caballo, pero si no hubiera sido por ella ni caballo ni nada. ¿Acaso alguien se acuerda del nombre de su amado? ( rapidito y sin pensar en el actor de la pelicula), pues nadie. Pero de ella se acuerda todo el mundo.

Y nosotras, aquí, bajando el listón una y otra vez para acomodarlo a las posibilidades de nuestros chicos ¡ menudo plan!.

Pues ya empiezo a hartarme. Quiero mi Paris, mi caballo, mi guerra, muros ardiendo, ciudades sitiadas y todo lo demás. Quiero que alguien se parta la cara, se abra el pecho, se bata en duelo y se apreste a morir por mí.

¡Quiero ser Elena de Troya!
¡Sí, con ésta cara! ¿Pasa algo?

1 comentario:

Anónimo dijo...

Elena de Troya....

Cógeme toda la........boya...que si no me ahogo.
Jajajajajaja.

Rima fácil.

Un besito, ma.